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Derechos Humanos de los migrantes frente al Coronavirus

Derechos Humanos de los migrantes frente al Coronavirus

¿Qué aspectos de nuestra vida ha terminado atacando el COVID-19? Es de esperarse que lo primero en lo que pensemos, sea nuestra salud. Lamentablemente, ojalá fuera esto lo único que ha afectado gravemente esta pandemia. Existen otros ámbitos, como el de la xenofobia, exclusión e incluso el odio, que han terminado exacerbándose e integrándose a servicios de atención médica, logrando que los derechos al acceso a servicios de salud, sea cosa de muy pocos.


¿Alguien se ha parado a pensar qué pasa con la población migrante? ¿Cuánta atención de salud (e incluso calidad) están recibiendo?
Las respuestas a estas preguntas son lamentablemente, devastadoras. Las condiciones por las que están pasando son deplorables. Difícilmente tienen acceso a la más mínima atención de su salud, carecen de agua, jabón, medicinas, alimentos y las condiciones en los centros de aseguramiento son complejas para estos tiempos de sana distancia.


“Los migrantes en situación irregu
lar, los solicitantes de asilo, el tráfico de personas y las víctimas de explotación sexual y laboral son muchos de los grupos que más corren riesgo frente al COVID-19 porque no cuentan con la protección necesaria.

 

Pandemia = exclusión

Es así como descubrimos que el COVID-19 no solamenterepresenta una pandemia de salud, sino que está intensificando la exclusión y el rechazo. Es impactante cómomuchos grupos de personas han terminado utilizando la pandemia como una excusa para retomar el odio y repudio hacia las minorías a través del aumento de los abusos verbales y físicos. Uno de los principales receptores de esta exclusión han sido los migrantes de origen asiático, logrando que no solo se les trate de forma diferente, sino que se les termine negando el acceso a la atención sanitaria y a información sobre la pandemia.

Es preocupante que la pandemia se asocie con los extranjeros, los viajeros o los migrantes. En otras décadas ya habíamos presenciado este suceso con el SIDA y la tuberculosis; hoy, se les ha empezado a relacionar con el COVID-19. Esto, al final solo nos brinda un círculo vicioso, donde no se les brinda la atención médica adecuada y ellos terminan por no ir a hospitales o centros médicos por temor a ser tratados con discriminación o incluso, deportados.

 

Las consecuencias del cierre de fronteras

Muchos países han decidido cerrar sus fronteras para evitar que se expanda la pandemia del coronavirus. En Latinoamérica, las personas siempre han cruzado a los países vecinos para conseguir comida y medicinas. Hoy, con el cierre de fronteras, lo único que se está terminando de lograr son los cruces clandestinos, los cuales tienen como consecuencia el incremento de la migración irregular.

 

 

¿Cuál es el papel que debería tomar el Estado?

Es una pena afirmar que generalmente, los más vulnerables suelen ser los últimos en la fila para recibir apoyo. Por consiguiente, la comunidad internacional y los Estados deben colaborar estrechamente para informarlos, ayudarlos y protegerlos. Para que esto se logre de forma eficiente, es necesario tratar de comunicarse con ellos en sus propios idiomas y de esta forma, transmitir eficazmente la información y la atención de salud pública. Esto terminaría de redondearse si también se aplicaran medidas para su protección contra el maltrato físico y la incitación al odio.

 

Sin excepción, los más expuestos y vulnerables necesitan servicios de salud para salvar su vida. La crisis del coronavirus precisa abordarse respetando todas las garantías fundamentales, incluyendo a todos los colectivos (personas mayores, minorías, pueblos indígenas, desplazados, personas de escasos recursos, presos, indigentes, migrantes, adictos a las drogas, personas LGTBI, entre otros).


Además de todo lo mencionado anteriormente,
los gobiernos deben contemplar los principios de no discriminación, participación, empoderamiento y rendición de cuentas sobre la política de salud pública; actuar con determinación para que los sistemas sanitarios públicos cuenten con los recursos que necesitan para prevenir, detectar, dar tratamiento y seguimiento a la recuperación de los enfermos. 

 

En el caso de México, el Juez Primero de Distrito en materia Administrativa, instruyó a las autoridades federales en otorgar derechos temporales de residencia a los migrantes. Todos estos, dijo, deben incluir acceso a beneficios de salud y sociales, en el contexto de la lucha contra la pandemia. En el juicio de amparo, se reclama la omisión de diseñar e implementar protocolos y medidas necesarias para garantizar la vida, integridad y seguridad de las personas en contexto de movilidad humana durante la emergencia sanitaria. De igual forma, se emitió la medida cautelar para que las autoridades implementen medidas generales sanitarias eficaces y proporcionales para la prevención de contagios del virus SARS-CoV2 dentro de las estaciones migratorias de todo el país. Además, la implementación de todas las acciones necesarias para detectar a las personas con posibles síntomas de infección.

 

Gracias a estas medidas, se busca poner a salvo a los niños y adolescentes no acompañados en estancias adecuadas que garanticen su vida y su integridad. De igual forma, se tendría que establecer una estrategia apegada a los programas sociales existentes, para que las personas en situación de migración o solicitantes de protección internacional, puedan acceder a beneficios económicos que coadyuven en su sustento.

 

Por último, el Juez giró un exhorto a todos los Jueces Federales de guardia, para que notifiquen y requieran el cumplimiento de la suspensión a las delegaciones del Instituto Nacional de Migración.

 

Falta mucho por hacer

El papel del personal de salud, hoy más que nunca, es invaluable. Lamentablemnente, de nada sirven todas esas jornadas de trabajo interminables, si no se cuenta con los insumos necesarios y suficientes de los gobiernos, el sector privado, los medios de comunicación y la sociedad, para poder seguir adelante.

 

Es por eso que en la fase 3 de la pandemia, se debe poner especial atención en:

Priorizar protección a los niños no acompañados.
Atención especial a las instalaciones sobrepobladas o inadecuadas donde se encuentran los migrantes.
Brindar información accesible sobre el COVID-19, así como consejos prácticos de prevención, acceso a agua limpia, saneamiento y otros materiales preventivos.
Establecer protocolos de servicios de salud para asegurar el diagnóstico, las consultas médicas y el tratamiento de todos los residentes de las instalaciones migratorias.
Los migrantes y los refugiados, independientemente de su estatus migratorio, como una parte integral de los sistemas y planes nacionales para combatir el COVID19.

 

Es urgente hacer enfoque a los derechos humanos como una de las vías para prevenir mayores amenazas a la salud pública de todas y todos. Solo con esfuerzos multilaterales concertados, solidaridad y confianza mutua se podrá acabar con la pandemia y lograr sociedades más resilientes, maduras y unidas.

 


Esta crisis sin duda marca un antes y después de nuestra era. Es evidente la conexión global de nuestras naciones, economías, culturas y liderazgos capaces de trabajar juntos como una comunidad de naciones ante un desafío común.

 

Sin duda, algunas personas sin escrúpulos buscarán aprovechar esto, manipulando temores genuinos y aumentando las preocupaciones. Cuando el miedo y la incertidumbre aparecen, la ira y hostilidad dirigidas a algunas personas de origen distinto se ensaña culpando y estigmatizando erróneamente al otro; al que viene, al que llega, al que se va y al que regresa.

 

 

Las sociedades son más saludables si todos somos más saludables.

Maestro en Anticorrupción por la Universidad de Salamanca, España Maestro en Democracia y Parlamento por la Universidad de Salamanca, España. Articulista en diversos medios impresos y portales electrónicos de opinión.

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