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COVID-19: Distanciamiento social y sus efectos psicológicos

Distanciamiento social y sus efectos psicológicos

COVID-19: Distanciamiento social y sus efectos psicológicos

Newton desarrolló la Ley de la Gravedad, aplicando el distanciamiento social, resguardándose en su hogar durante la epidemia de peste bubónica en 1665. Esto es un claro ejemplo que nos inspira a ser mejores en diversas situaciones, por más adversas que sean.

Las autoridades mexicanas, Secretaría de Salud y Secretaría de Educación, han determinado que el lunes 23 de marzo comiencen actividades relacionadas al distanciamiento social, ampliando el receso educativo del 23 de marzo al 19 de abril de 2020.

El distanciamiento social es una medida sanitaria que crea espacio físico entre las personas a fin de disminuir los contagios, evitando el saludo estrechando la mano, abrazos y besos. Es común que existan personas que ante la falta de saludo (de contacto físico) se sientan ofendidas o rechazadas, siendo probable que padezcan cuestiones psicológicas asociadas a baja autoestima, ansiedad o rigidez emocional. Trata de ser empático con ellos y es importante reafirmar que no saludas por cuestiones sanitarias. Tu afabilidad puede hacer la diferencia.

El ser humano es gregario, es decir, es un ser social. Uno de los criterios para evaluar la salud mental de una persona es su capacidad de interactuar con sus pares. En la actualidad esa capacidad de interactuar ha evolucionado de tal forma que, en la era digital, las redes sociales son parte fundamental en la interacción de jóvenes y adultos. Las principales plataformas digitales (Facebook, WhatsApp, Twitter, TikTok, Instagram, entre otras) poseen una interfaz amigable con el usuario y se ajusta de acuerdo con el perfil psicológico de cada persona. Las plataformas de streaming (Netflix, Amazon Prime, YouTube, entre otras) permiten disfrutar de contenido multimedia para todos los gustos y edades.

Sin embargo, estas plataformas digitales no sustituyen una necesidad humana de primera mano como lo es el contacto social. Conforme la dispersión del COVID-19 aumente, las medidas de restricción continuarán escalando, durante al menos 12 semanas.

Muchos trabajadores podrán hacer uso de plataformas digitales para efectuar home office (trabajo desde casa) y convivirán con sus parejas, hijos, hermanos o sus padres durante un periodo prolongado de tiempo. Si tu empresa es incrédula del home office, es necesario comprometerte y demostrar que, aún fuera de tu lugar de trabajo eres resolutivo y comprometido. Esto podría apuntalar un cambio de conciencia empresarial y Estatal que permita mejoras en la vida laboral de los mexicanos, pues trabajar desde casa evitaría gastos de transporte, tráfico (ayudamos al ambiente), mejorarías y ahorrarías gastos en tu alimentación y tendrías mayor convivencia familiar. Aprovecha esta ocasión para demostrar que eres profesional.

El distanciamiento social no debe confundirse con aislamiento social, pues debemos mantener la interacción social con responsabilidad. El aislamiento social implica cuestiones psicológicas que repercuten la salud mental del individuo, mientras que el distanciamiento social no aísla, solo contiene espacio físico. Las consecuencias psicológicas en el transcurso de la contingencia pueden ser leves, desde breves discusiones familiares hasta desencadenar episodios de ansiedad y depresión en personas susceptibles. Si aunado a ello, tienes la costumbre de seguir medios de comunicación amarillistas o conspiranoicos, tu ansiedad puede incrementar.

Para evitar estos fenómenos psicológicos, es sumamente necesario conversar con nuestros seres queridos, a fin de estar plenamente conscientes de que estas reacciones son resultado de nuestra propia naturaleza humana. Buscar información de medios oficiales y verificar que lo que nuestros amigos, familiares y compañeros de trabajo envían a grupos de WhatsApp o redes sociales provengan de fuentes fidedignas.

Reunidos con nuestras familias podemos establecer acuerdos de convivencia y atender aquellas cosas que por falta de tiempo no hacemos, como arreglar desperfectos sencillos y repartir las tareas del hogar de forma democrática. También es un buen tiempo para atender todos aquellos pendientes emocionales que no resolvemos por vivir de prisa. Conocer a nuestros hijos y a nuestros padres, preguntarles cómo está su vida.

Si en el transcurso del distanciamiento social presentas síntomas como palpitaciones, ansiedad, cambios fluctuantes de humor, tristeza o desesperanza, es necesario recurrir a ayuda profesional. Existen psicólogos que pueden ayudarte utilizando plataformas como Skype o través de una videollamada por WhatsApp, previo acuerdo para el pago de sus honorarios (podemos utilizar banca electrónica).

Si por alguna situación te es imposible solicitar ayuda profesional, el ejercicio físico en casa es vital. Puedes adquirir un tapete de fomi para hacer yoga y seguir tutoriales en YouTube. Retarte diariamente haciendo lagartijas, sentadillas y abdominales. Puedes mejorar tu salud y tu aspecto durante la contingencia.

Y en caso extremo, en donde no puedas efectuar actividad física en casa, no seas adepto a las redes sociales ni al streaming, puedes leer aquellos libros pendientes, escribir cartas a tus seres queridos o efectuar ejercicios de meditación.

Aprovechar el tiempo de la contingencia puede ser benéfico para las familias. Puedes reconectarte a tu ser y emerger de casa siendo una nueva persona. También puedes aprender cosas nuevas en tutoriales y que seguramente compartirás con tus amigos cuando todo se normalice.

Conoce más acera de estos temas en nuestra sección Salud Y Vida

<strong>Salud y Vida</strong> Médico cirujano. Maestro en Administración de la Salud y candidato a Doctor en Administración y Políticas Públicas. Medalla al Mérito en Protección Social en Salud del Gobierno Federal en 2014 y galardonado con el Premio Nacional de Salud de la COPARMEX en la categoría empresarial en 2018. Actualmente se desempeña como National Ombudsman en Mensa, México, "The High IQ Society".

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