El desgaste del Dr. López-Gatell
Desde el inicio de la emergencia sanitaria en México he pensado que el doctor Hugo López-Gatell Ramírez es un ejemplo de profesionalismo y cordura. Sin embargo, hoy está empantanado en los lodos de la política. De ser un médico serio pasó a ser un “rock star”.
Salir con la esposa del presidente en un vídeo y después leer poesía lo hizo entrar en un ámbito distinto al de su competencia. Aceptar dar conferencias diarias lo llevó a una sobreexposición, donde los errores y contradicciones (normales en tiempos de crisis), más aceptar que AMLO presumiera su invitación a la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo condenaron a asumir un papel político que pudo evitar.
Pleito o no con los gobernadores, él no tenía por qué hacerlos suyos; para eso está el secretario de Salud y la secretaría de Gobernación. Hoy el doctor López-Gatell se ha vuelto el blanco de los detractores de la Cuarta Transformación.
¿Quién que sepa de política no visualiza ese riesgo al convertirse en la bandera de AMLO?
En esto veo un juego perverso, utilitario: mientras el doctor López-Gatell lucha para que la población comprenda la terrible situación que se vive en esta pandemia, su jefe se va de gira, dice que estamos superando la crisis y se luce por todas partes sin tapabocas ni otros cuidados debidos que sí se le piden al ciudadano común. ¿Por qué debería preocuparse el presidente, si ya tiene al chivo expiatorio que en su momento puede desechar?
Tilde Libre
Licenciado en Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Catedrático en la materia de filosofía. Exsenador de la República.
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