Estoy embarazada y sufro hipotiroidismo. ¿Qué debo hacer?
El hipotiroidismo es una alteración que se caracteriza por una función inadecuada de las hormonas tiroideas y su efecto en el organismo. La causa principal es la falta de producción de dichas hormonas por la tiroides, una glándula endocrina en forma de mariposa situada a nivel del cuello, delante de la tráquea, encargada de regular el metabolismo del cuerpo.
Para que esta función se realice de manera correcta es necesaria la coordinación hormonal entre el hipotálamo, la hipófisis y la tiroides; esto es muy importante para determinar el tipo de hipotiroidismo: primario, secundario o terciario.
El hipotiroidismo es considerado como la segunda causa de complicaciones endocrinológicas en el embarazo, después de la diabetes. Se estima que a nivel mundial puede afectar entre el 1 y el 5% de todos los embarazos. En la actualidad México no posee estudios contundentes para determinar su prevalencia.
¿Cómo se manifiesta el hipotiroidismo?
Existen diferentes manifestaciones dependiendo de la estructura afectada. Sin embargo, la forma más frecuente es una afectación a nivel de la propia glándula, lo que se conoce como hipotiroidismo primario. Cuando se presenta esta condición, de manera típica se produce la elevación de la hormona estimulante de la tiroides (TSH) y la disminución en la concentración de la hormona tiroxina (T4), la principal efectora en el organismo, por lo que la actividad metabólica estará disminuida. De acuerdo a los niveles entre estas hormonas también se puede clasificar en hipotiroidismo clínico, subclínico e hipotiroxinemia (disminución solo de T4, sin elevación de TSH). A partir de estos datos se toman decisiones para el respectivo tratamiento.
Ante una disminución de la actividad metabólica, algunas de las funciones del organismo estarán también reducidas, por lo tanto, las pacientes pueden presentar cansancio, aumento de peso (por el metabolismo reducido), piel seca, caída del cabello, calambres musculares, disminución del apetito, estreñimiento, somnolencia o insomnio, intolerancia al frío, retención de líquidos, déficit cognitivo y dificultad para el habla.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
- Mujeres con antecedentes de alteraciones tiroideas o cirugía de tiroides
- Pacientes portadoras de anticuerpos antitiroideos y otras enfermedades autoinmunes
- Portadoras de diabetes tipo 1
- Antecedente de radioterapia a nivel de cuello o cabeza
- Pacientes en tratamiento con algunos fármacos, como amiodarona o litio
- Exposición a estudios radiológicos con contrastes yodados
- Embarazadas que viven en zonas con deficiencia de yodo en la dieta
- Antecedentes familiares de enfermedad tiroidea
- Obesidad y edad mayor de 36 años
¿Cuál es la función de la glándula tiroidea en el embarazo?
Durante la gestación ocurren varios cambios fisiológicos que pueden afectar el metabolismo de las hormonas tiroideas: la glándula tiroidea del bebé inicia su desarrollo entre la semana 10 y la semana 12 de gestación, pero es hasta la semana 20 cuando se vuelve funcional. Debido a esto, la función tiroidea del bebé durante el primer trimestre depende totalmente del paso de hormonas tiroideas maternas a través de la placenta.
¿Cómo se hace el diagnóstico?
Lo ideal sería que las maternas revisaran su tiroides al menos una vez al principio del embarazo. Se recomienda que desde la primera consulta soliciten un perfil tiroideo en donde se evaluarán los niveles de las hormonas tiroideas, sobre todo TSH y T4; el nivel de estas varía dependiendo del trimestre del embarazo.
El médico tratante le explicará los resultados, el tipo de alteración y la necesidad o no de tratamiento. Hacemos hincapié en que el diagnóstico puede realizarse antes del embarazo o durante este. No obstante, en algunas ocasiones la paciente ya se conoce portadora de la enfermedad.
¿Cuáles son los efectos gestacionales?
Las pacientes con hipotiroidismo tienen mayor riesgo de presentar pérdida de la gestación, alteraciones anatómicas en el bebé, preeclampsia, anemia, parto pretérmino, desprendimiento prematuro de placenta, bajo peso del bebé al nacer o dificultad respiratoria del recién nacido si la enfermedad no se trata.
Debido a que las hormonas tiroideas son cruciales para la maduración cerebral del bebé, existe una estrecha relación entre el hipotiroidismo mal controlado y las alteraciones en el neurodesarrollo fetal, lo cual afectará el desarrollo neurológico posterior con puntuaciones más bajas en los test de inteligencia infantiles.
Sin embargo, estos efectos adversos tienden a desaparecer o disminuir si se realiza un adecuado control y tratamiento de la enfermedad. Por ello la importancia de identificar esta alteración desde la primera consulta de control prenatal o incluso en el tiempo preconcepcional.
¿Por qué es importante el tratamiento?
Un diagnóstico adecuado permite determinar si se requiere o no tratamiento; este debe establecerse si la intervención tiene un efecto positivo en la gestación.
El tratamiento tiene como objetivo el reemplazo de la hormona que se encuentra disminuida, en este caso la T4. Para tal fin se administra una hormona sintética llamada levotiroxina. Este medicamento es seguro durante el embarazo, toda vez que haya vigilancia estrecha para evitar una sustitución excesiva y la aparición de complicaciones secundarias al manejo.
¿Qué hace el yodo en la mujer gestante?
Entre las intervenciones necesarias para mejorar el pronóstico en general y disminuir la incidencia de hipotiroidismo se encuentra el ajuste en la ingesta de yodo, debido a sus efectos en el desarrollo del cerebro fetal. El yodo es un micronutriente esencial que representa un papel fundamental en la síntesis de hormonas tiroideas.
Durante el embarazo existe un aumento en los requerimientos de estas hormonas, por lo cual es necesario un consumo adecuado del micronutriente. En la actualidad, el requerimiento diario de yodo es de 150 a 200 microgramos, y en mujeres embarazadas se incrementa de 250 a 300 microgramos. Desde el empleo de sal yodada en la dieta estos requerimientos han sido alcanzados; solo debemos tener en cuenta que existen otros elementos que predisponen el organismo a padecer la enfermedad.
Recomendaciones para la madre
Si usted está embarazada o planea estarlo y tiene factores de riesgo para presentar hipotiroidismo, le brindamos las siguientes recomendaciones generales:
- Es indispensable que acuda con su médico para realizar la evaluación y los estudios correspondientes. Si ya es portadora, debe comentárselo en primera instancia para que él le indique los estudios de control específicos.
- El estudio rutinario de laboratorio para verificar los niveles de hormonas tiroideas es el perfil tiroideo; en dado caso, su médico le indicará realizar estudios adicionales.
- En caso de diagnóstico de hipotiroidismo, recomendamos acudir con un médico especialista en obstetricia o medicina materno fetal, quien la orientará sobre todo lo relacionado con la enfermedad y el manejo correcto.
- Hasta hoy la levotiroxina es el medicamento de elección para tratar el hipotiroidismo; su médico le indicará la dosis correcta o el ajuste necesario durante el embarazo.
- Es de suma importancia el apego al tratamiento para evitar complicaciones y efectos adversos potenciales a corto y largo plazo. Es necesario el control de estudios de laboratorio a determinado tiempo para verificar que el tratamiento esté logrando su objetivo, así como el seguimiento después del nacimiento del bebé.
Este artículo fue escrito en coautoría con la Dra. Arlene Berenice Quintero Gordillo, residente de Ginecología y Obstetricia. Centro Médico Nacional (CMN) La Raza, Ciudad de México.
Salud Materna
Especialista en Ginecología y Obstetricia por la UNAM Ultrasonido. Diagnóstico Prenatal por Fundación Universitaria Sanitas, Bogotá, Colombia. Presidente de Fundación Hermanos A.C., ONG impulsora de grupos vulnerables e indígenas del estado de Chiapas. Actualmente residente de Medicina Materno Fetal en el Instituto Nacional de Perinatología, Ciudad de México.