La imagen del éxito
Imagen política
Hoy quiero platicarles sobre la imagen política.
Muchas personas me comentan que cada político en nuestro país debería tener un asesor de imagen de cabecera, un asesor de imagen “de bolsillo”, y coincido con esa apreciación, puesto que en esta clase de imagen no sólo debe maximizarse y armonizarse la apariencia física con el vestuario, sino que también deberían potencializarse diversos atributos de la persona en cuestión, como la credibilidad, el liderazgo, la influencia, el reconocimiento y el poder de convocatoria que debe reunir.
La imagen es percepción y la que tenemos de un político tiene como base su imagen física, ¿cómo lo vemos? Y también su imagen valorativa, es decir, lo que su colectivo opina a nivel de su reputación y resultados; esta última dupla hace que el diseño y la ejecución de una marca política sea única.
Cada político atraviesa momentos, situaciones, discursos y auditorios diferentes, y por ello la imagen física cobra vital importancia, porque cada político debe apostar a que la percepción de su imagen finalice en un recuerdo fijo en cada ciudadano, cuya evocación debe ser coherente, congruente, creíble y positiva para poder motivarlo y movilizarlo, pues de esta conjunción el político logra su credibilidad.
De ahí la máxima “la primera impresión jamás se olvida”, puesto que en el primer contacto con una audiencia determinada bastan los primeros segundos para que la percepción sobre nosotros se convierta en nuestro mejor amigo o en nuestro peor enemigo.
En la actualidad, en nuestro país, el notable deterioro de las instituciones políticas, así como la falta de credibilidad y confianza en nuestros políticos, el incumplimiento de promesas de campañas electorales y los daños al patrimonio público, han ocasionado una mala imagen y percepción de los partidos políticos y de sus integrantes en general, por esto resulta importante que se trabaje específicamente en la imagen para revertir esa percepción negativa y, en cambio, lograr una imagen política fresca, congruente y creíble, como valor agregado para los ciudadanos.
Como bien sabemos, la imagen política requiere de una comunicación verbal y no verbal eficiente y exitosa, por lo que es necesario que el político transmita emociones positivas que potencialicen sus bondades, minimicen sus debilidades y mantengan su esencia y personalidad, esto es imagen.
Dentro de los aspectos físicos, la primera impresión que se tiene de un político resulta ser el pilar de su imagen física; es decir, su presencia, su forma de vestir, su aliño personal (esto incluye el tipo de peinado, el maquillaje, el perfume, el largo y mantenimiento de su barba, entre otros) y su estética, son características que deben ser observadas y trabajadas a detalle, puesto que de ahí derivará el estilo propio de cada político que, en conjunto con diversas herramientas de comunicación, la volverán asertiva, exitosa y congruente con la propuesta política que represente.
Una presencia e imagen física adecuada contribuye a que el político comunique y transmita su mensaje de modo tal que evidencie por qué es mejor que sus competidores, pues no se debe olvidar que el objetivo principal es convencer al electorado a través de la credibilidad, que hoy más que nunca se busca y exige a un representante ciudadano.
Y tú, ¿transmites correctamente tu propuesta política?
La imagen del éxito
Abogada, Maestra en Proceso Penal Acusatorio y Asesora de Imagen con Diplomado en novias. Conferencista y talleres presenciales en diseño de imagen.
assenneth@personalidadesrevista.com