La vacuna contra el desempleo
En días recientes, diversos laboratorios del mundo han dado pasos hacia la cura y prevención del Covid-19, los países del primer mundo y en vías de desarrollo como México, por otra parte, están a marchas forzadas en su búsqueda de una salvación. El presidente de México ha pedido que por favor no se privatice la vacuna y que esta, sea un bien público. Para los capitalistas y quienes tienen demasiado entusiasmo por esta corriente económica, dicen que eso sería una mala idea, que también la vacuna debe responder a leyes de oferta y demanda, pero quienes tienen un sentido social más amplio, estamos de acuerdo en que esta cura debe ser universal, social y que no debe distinguir entre quienes tienen más y quienes apenas tienen.
Pero hay una cura que también preocupa y mucho, que quizá debería llegar antes: la del desempleo, la pobreza y hambre. Está vacuna es urgente, el mundo no puede seguir siendo un lugar donde las individualidades vayan más allá que el bien colectivo, si una cura para este “enemigo silencioso”, se hiciera privada, una gran parte del mundo será incapaz de adquirirla y seguirán perdiéndose más vidas. El resolver el problema económico es urgente, se debe pensar desde la resiliencia y la solidaridad.
Millones de empleos se perderán, cientos de miles de familias no tendrán sustento, el hambre mata, la corrupción también, la incapacidad de aquellos en puestos de dirección de igual manera. El combate a la pobreza se está viendo tan desafiado como nunca en la historia reciente. Si bien la idea de un estado socialista no es la mejor, tampoco la de uno totalmente privatizado. Algunos legisladores del partido MORENA, declararon recientemente que es necesario que el INEGI, mida la riqueza, es decir: que en su base de datos se agregue el factor dinero, aquellos que ganan más, serían ubicados por el gobierno. Esto sin duda, cortará una libertad fundamental del ser humano, el tener dinero propio. Tanto que el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, se declaró en contra de tal medida, el mismo Ricardo Monreal también. No se trata de saber quienes tienen más y quienes no, eso lo hace la Unidad de Inteligencia Financiera, que se dedica a descubrir a los tramposos.
La vacuna contra el desempleo, no puede ser patentada por la COPARMEX, y demás “clubs de tobi”, en los que el 80% de sus filas las integran solamente hombres de negocios, como el Consejo Mexicano de Hombres Negocios, que en el nombre lleva la penitencia y que, si bien en sus filas hay mujeres, son muy pocas. Pero el problema aquí, no es el nombre de los consejos, sino que es el gobierno quien debe resolver este problema, no la iniciativa privada, porque de lo contrario entraríamos en la lógica de un estado fallido, en donde vale más la estrategia privada que la de quienes con el voto mexicano, llegaron para poder resolver este tipo de demandas.
La espiral ya no debe girar en torno al capital, sino a lo social. La pandemia de la pobreza, el egoísmo, la violencia dentro de los hogares pobres y no tan pobres, debe ser combatida a la par que el COVID-19. De nada servirá una vacuna, si será inaccesible, si miles de mujeres seguirán sufriendo maltrato en sus hogares, si cientos de miles de niños sufrirán en las calles.
La incertidumbre de saber que pasará después de que esto termine. es grande. Uno de los intentos del gobierno mexicano para responder a esto, se ve en Zoé Robledo, actual director del IMSS, quien ha hecho un trabajo contra marea en dicho instituto y lo ha hecho muy bien, el presidente puso a un estadista en vías de desarrollo a que atendiera uno de los problemas más difíciles del gobierno durante años, pues mediante éste instituto, se han empezado a otorgar créditos de 25,000 pesos mexicanos a las pequeñas empresas familiares, una gran medida, pero sería mejor si ese dinero de verdad alcanzará, son muchas las voces de decepción al saber que ese dinero apenas y cubrirá una parte de lo que se debe, porque no hay ningún estímulo fiscal más allá de 25,000 pesos, para pequeñas empresas que ya deben el triple o más.
Pues bien, deseamos lo mejor a quienes se encargarán de dar soluciones al problema, porque de lo contrario el pueblo bueno, el pueblo en general, recordará este momento durante mucho tiempo.
La Nación
Licenciado en historia y Maestro en dirección de gobierno.
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