Los recuerdos del porvenir, entre el amor y la magia
Esta novela de la escritora mexicana Elena Garro, publicada en 1963, se cataloga dentro de la corriente de lo real maravilloso, es decir, aquellas obras de ficción en las que lo maravilloso, la magia y lo sobrenatural no sólo es parte de la realidad, sino algo común y cotidiano. Esta es la única manera en que sea posible que el narrador de la historia no sea una persona, como normalmente estamos acostumbrados, sino un ente: el pueblo de Ixtepec. Por más extraño que nos parezca, es el pueblo quien nos narra lo que sucede en sus calles y con su gente cuando de pronto se enfrentan a Francisco Rosas, un tirano que se ha apoderado del pueblo.
La obra, en parte histórica (narra acontecimientos de la Guerra Cristera), puede resultarnos particularmente actual dadas las circunstancias en que se encuentran muchas poblaciones mexicanas hoy en día y resulta fascinante poder ver toda la complejidad del entramado de la sociedad, la milicia y la religión interactuando en una historia donde la poesía, el amor, la pasión, la locura y los juegos de tiempo tejen una historia tan real como maravillosa, tan verídica como increíble.
Unas citas:
“Durante unos segundos la casa entera viajó por los cielos, se integró en la Vía Láctea y luego cayó sin ruido en el mismo punto en el que se encuentra ahora. Isabel recibió el choque de la caída, saltó de su asiento, miró a sus hermanos y se sintió segura; recordó que estaba en Ixtepec y que un gesto inesperado podía reintegrarnos al orden perdido”.
“Detrás de ella iban quedando sus fantasmas: se deshacía de su memoria y sobre las piedras de la calle iban cayendo para siempre sus domingos de fiesta, los rincones iluminados de sus bailes, sus trajes vacíos, sus amantes inútiles, sus gestos, sus alhajas…”
“Un nuevo aire presidía la casa: el aire estaba hueco, los pasos inaudibles de las arañas se mezclaban al impasible tictac que corría sobre la cómoda. Una presencia inmóvil dejaba quietos los muebles y muerto el gesto de los personajes en los cuadros”.
Más: el personaje de Juan Cariño, antiguo presidente municipal, que encarna la locura, pero también la poesía, y cada noche se dedica a atrapar las palabras altisonantes y sangrientas para regresarlas al diccionario y que no anden vagando por ahí.
Menos: hay algunos misterios en la trama de la novela que al final quedan sin resolver, aunque esto es parte de la magia, sí nos deja con la duda de qué habrá pasado.
Lo complicado: se requiere una buena dosis de credibilidad para leer el libro, en un mundo donde lo mágico convive con lo real el lector debe creer en lo mágico sin cuestionamientos.
Dato curioso: la canción Ixtepec, del grupo Café Tacuba, está basada en una de las historias que se narran en la novela.
Otros libros de Elena Garro: La semana de colores o La culpa es de los tlaxcaltecas, Un hogar sólido y otras piezas, Y Matarazo no llamó…
Correctora de estilo.
Licenciada en Literatura Latinoamericana. Editora, correctora de estilo y redactora en diversas editoriales tanto nacionales como extranjeras.