Suspensión de los Juegos Olímpicos “Tokio 2020”
¿Buena o mala para los competidores y disciplinas deportivas?
Los Juegos Olímpicos han sido suspendidos este año. Es la cuarta vez durante la historia de esta gran competición, en que esta decisión dramática ha debido tomarse. Anteriormente, debido a ambas guerras mundiales, esta vez por una guerra global contra el contagio pandémico del virus COVID-19.
Esta decisión fue tomada por el Comité Olímpico Internacional (COI) en conjunto con las autoridades japonesas, como medida de prevención para la propagación del mencionado virus. Aún no sé tiene alguna fecha estimada para que el inicio de la competencia tenga lugar, pero se plantea que suceda posterior a 2020 y antes de verano del 2021.
Lo anterior, implica que atletas olímpicos no podrán competir en este esperado e importante compromiso, para el que entrenan durante años. Contratiempo que ni ellos ni nadie, tenían previsto y que puede prolongarse desde un mínimo de seis meses, hasta 12 o incluso más.
¿Podría este tiempo ser tomado para prepararse aún más?
¡La respuesta es sí!
Los mejores y más dedicados deportistas del mundo, se preparan física y mentalmente para cada uno de sus eventos, en sus distintas disciplinas y tienen planes de trabajo establecidos previamente: desde ser seleccionados como competidores olímpicos hasta la fecha de la competencia, siguen estrictos planes deportivos, que incluyen alimentación balanceada, ejercicios en forma y cantidad, prevención de riesgos de lesiones, sueño, entre otras.
Esta extensión de tiempo no planeada, implica modificaciones importantes a esos planes (todo era parte de un programa, que sin mayor aviso ha tenido que ajustarse…). Lo que no cambia, es el tratar de mantener los objetivos, la preparación, el estado mental, esta vez, por mucho más tiempo de lo esperado. Esto no es imposible, pero es normal que los deportistas se sientan afectados en su ánimo y sus certezas. Y cada uno vive con esto a su manera, de acuerdo con su carácter y su experiencia.
¿Qué hacer, entonces? Pués con la motivación correcta, aunque durante este tiempo de confinamiento no puedan ganar medallas o competir, los deportistas tienen una oportunidad interesante para usar su influencia y su reputación para participar en campañas y/o trabajar como embajadores de marcas.
Todo esto, por supuesto mientras siguen preparándose y concentrándose. Si aprovechan al máximo su tiempo, los competidores olímpicos, además de mantenerse sanamente ocupados, pueden llegar a la edición de los juegos, cuando tengan lugar, no solo con una preparación extraordinaria, siendo siendo personajes que representan y ponen en juego valores deportivos, sociales y de marcas. Eso suena muy emocionante.
Lamentablemente, muchos deportistas carecen del apoyo del gobierno de sus países, por lo que se ven en la necesidad de buscar ingresos de todas las maneras posibles, incluso hasta de «botear» en los semáforos para poder costear los viáticos y la estancia en Japón, por lo que estas posibilidades mencionadas, especialmente en estos difíciles momentos, se perfilan como formas de resolver sus temas de vida, problemas económicos y hasta cumplir algún sueño infantil, además del deportivo.
Es innegable que, tanto por sus capacidades como sus aficiones, es los competidores estén ansiosos por salir a competir tan pronto puedan, pero en el interín, esta oportunidad de descubrir y utilizar otros talentos y habilidades (el carisma, las relaciones públicas, habilidad para los negocios), no les resta nada. Al contrario, si además de todo esto, ganan un par de medallas, una faceta de su carrera, apoya a la otra y viceversa.
Deporteando
Licenciado en Administración de empresas. Apasionado de los deportes. Compartiendo en base a mi experiencia todo lo que sé del mundo deportivo.
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