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Un chiapaneco sobre voló por primera vez los Andes.

Un chiapaneco sobre voló por primera vez los Andes.

Un chiapaneco sobre voló por primera vez Los Andes

Los Andes iniciaban a cambiar de tono, de un verde profundo a un blanco invierno, una mañana diáfana de junio de 1930 rompe el cielo un avión tripulado por el Capitán Carlos Cristiani Coutiño, después de un exhausto viaje de la Ciudad de México a Santiago de Chile.
En su trayecto pasa por el cielo limpio de Chiapa de Corzo como ave de altísimo vuelo, desciende aplacible para dar tres vueltas y emprender las alturas nuevamente, antes de haber arrojado flores a su madre que vivía en Chiapa de Corzo.
Era un hasta luego a su pueblo natal, donde había nacido cuarenta años antes. A los veintiocho años de edad egresa de la Escuela Militar de Aviación de México, después de las peripecias acumuladas en más de diez mil horas de vuelo, consigue el ascenso a Capitán Piloto Aviador.
El 21 de Marzo de 1930, a partir de la fusión de las Armas Aéreas del Ejército y de la Armada, se forma la Fuerza Aérea Nacional de Chile, para ello se requería la asistencia de pilotos hábiles, entre ellos estaba el Capitán Cristiani, motivo que lo lleva a recorrer el cono sur.
La historia aeronáutica de Chile tiene sus inicios en marzo de 1785 cuando el pionero aerostático francés La Perouse probó un globo de aire caliente en Concepción. El primer chileno en volar sobre su país fue el joven Ygnes Clark, quien voló exitosamente en un globo de su propio diseño en 1839. El primer avión que voló en Chile despegó de Santiago el 21 de Agosto de 1910, piloteado por César Copetta Brosio.
A principios de 1911 el gobierno inició los primeros pasos para la formación de un Servicio Aéreo, enviando a Francia a dos oficiales del Ejército para ser instruidos como aviadores, con el fin de establecer posteriormente en Chile un Servicio de aviación similar al francés. Estos oficiales fueron los Tenientes Manuel Ávalos Prado y Eduardo Molina Lavín, quienes en Julio de 1911 recibieron sus títulos de Pilotos otorgados por la Federación Aeronáutica Internacional basada en Francia.
La Escuela de Aeronáutica Militar de Chile fue formada el 11 de Febrero de 1913 en Lo Espejo (posteriormente rebautizada El Bosque), su primer director fue el Teniente Coronel Hinojosa, quien al estar cumpliendo misión de agregado militar en Alemania, fue subrogado por el Capitán Ávalos. El equipamiento inicial de la Escuela fueron siete Blériots, un monoplano Deperdussin, un biplano Voisin, cuatro biplanos Breguet y cuatro ejemplares del biplano Sánchez-Besa basado en un diseño chileno construido en Francia. Las clases de entrenamiento se iniciaron el 7 de Marzo de 1913 y poco tiempo después el Servicio de Aviación Militar de Chile estaba ya tan firmemente establecido que organizó la primera exhibición aérea de Sudamérica, el 1 de enero de 1915.
En la naciente Fuerza Aérea Nacional de Chile, donde el Capitán Cristiani participará adiestrando a futuros pilotos, será en la Escuela de Aeronáutica Militar, basada en El Bosque, Santiago. Adicional a esta escuela, estaban el Grupo Mixto de Aviación N° 1, Grupo de Cooperación Aeronaval N° 2 (en Quintero, la antigua base aérea de la Armada), Grupo Mixto de Aviación N° 3 (basado en Manquehue), Escuadrilla de Bombardeo Independiente (con base en Chillán), Escuadrilla de Anfibios (basada en Chamiza, Puerto Montt), y el Gabinete de Fotogrametría Aérea.
El Capitán Cristiani, fatigado por el trabajo administrativo que implicaba colaborar en la Escuela de Aeronáutica Militar de Chile, y dictado por la aventura y el afán de conquista, el viernes 13 de junio de 1931, en pleno invierno austral, emprende un viaje crucial, atravesar sin escala las Cordillera de Los Andes, de Santiago de Chile a Buenos Aires, en un avión Curtiss Hawks.
De esta manera, se convierte en el primer piloto que se atreve a realizar esta ansiada empresa. Ambos países celebran la iniciativa del chiapacorceño, siendo los mandatarios presidenciales Isabel Perón por Argentina y Carlos Ibáñez por Chile, ambos auguran un nuevo futuro en las comunicaciones en los Andes.
Siguiendo ese ejemplo de valentía, establecen una nueva ruta que será capitaneada por el francés autor de “El Principito” y piloto Antoine de Saint-Exupéry, y su compatriota Guillaumet.

El Capitán Carlos Cristiani Coutiño, como auténtico guerrero, muere en plena batalla, es decir, fallece una brumosa mañana del año de 1938, en el cerro El Peñón en la Ciudad de México, en un vuelo que tenía como destino la ciudad de los Ángeles.
Éste es un ejemplo de las personas que debemos aquilatar, existen muchas vidas dedicadas al servicio (y no el servilismo, ni a la burocracia, que sólo persigue una remuneración económica) en nuestra geografía e historia regional, y me refiero al eminente científico olvidado Mariano N. Ruiz, Rómulo Calzada que fue el ideólogo del Ateneo de Ciencias y Artes de Chiapas, Manuel B. Trens autor del primer trabajo formal de la historia de Chiapas, Marcos E. Becerra pionero de la lingüística regional, y por supuesto, el político y general Francisco J. Grajales a quien le debemos este Chiapas contemporáneo, entre otras personas de igual valía.

 

Bitácora de la palabra. Doctor en Literatura por la Facultad de Filosofía y Letras. Escritor y académico. Su obra esta constituida por 44 libros de poesía, cuento y ensayo. Miembro del Conacyt.

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